EL CÍRCULO ESTÁ COMPLETO...




Si te ha gustado el Episodio III, te recomendamos que guardes como recuerdo
en tu disco duro el impresionante vídeo musical "UN HÉROE CAE"
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La Saga está completa...

Para muchos de nosotros, aficionados de corazón a Star Wars, el año 1983, en que fue estrenada la tercera película, "El Retorno del Jedi", nos hizo sentir de una forma muy especial. Se había completado "La Trilogía". En verdad existían películas que habían tenido dos o tres continuaciones; pero en 1983 Star Wars se convirtió en el primer evento cinematográfico de relevancia mundial que narraba una historia durante tres largometrajes. Ahora ese número se dobla, y ya no hablaremos únicamente de "La Trilogía", sino de "La Saga". Y actualmente, al mencionar ese término, sólo existe una Saga. La Saga de La Guerra de las Galaxias.



Ese sentimiento de exclusividad, de saber que al pronunciar las palabras "La Trilogía" ni siquiera tenías que matizar posteriormente a qué películas te referías exactamente, no tardó en desaparecer al llegar otros modelos cinematográficos que imitaron el formato que eligió George Lucas para contar la historia de Luke Skywalker.

Porque ese era el héroe. Luke. El personaje principal que inmediatamente acudía a nuestras mentes en cuanto se hablaba de Star Wars.



Ahora, tras el estreno del Episodio III, "La Venganza de los Sith", la espectacularidad de la película, su ritmo impresionante y su increíble y lograda puesta en escena no logra distraernos de que quizás para muchos ha cambiado la idea respecto al protagonista de Star Wars. Probablemente ha dejado de ser la historia de Luke y Leia y Han Solo. Ahora es la historia de Anakin Skywalker. Una película que dura trece horas, y que está dividida en seis partes.

Solamente una película...

Al igual que en cualquier otra historia, según discurren los acontecimientos nuestra idea sobre los personajes, cómo los valoramos, cómo los sentimos, va cambiando progresivamente.

Al comenzar el Episodio IV, "Una Nueva Esperanza" (o "La Guerra de las Galaxias" tal y como se la conoce habitualmente), la imagen de Darth Vader entrando en el pasillo de la corbeta rebelde se convirtió inmediatamente en un icono colectivo de la imagen del mal. Su respiración mecánica, su altura, la oscuridad de su figura, la determinación de sus pasos... Nada más verlo nuestro cerebro lo relacionaba automáticamente con la imagen de la maldad más absoluta y despiadada. Sabíamos que iba a ser "el malo" de la película. No podíamos estar equivocados.



Posteriormente, tras "El Imperio Contraataca", ya la misma imagen tenía un matiz que le daba un poco más de humanidad a esa figura. Darth Vader era el padre de Luke Skywalker. Ese hecho, que "el malo" de la película fuera el padre del héroe, nos provocaba sentimientos contradictorios, pero siempre en el sentido de desear que Luke escapara a su perversa influencia.



Tras ver "El Retorno del Jedi", la figura de la capa negra y la respiración mecánica había vuelto a cambiar, para esta vez convertirse en alguien redimible. Que tenía aún bien en su interior, y que fue capaz de eliminar al Emperador, salvando así la galaxia, a sus hijos, y en última instancia, su propia alma.



Tras la conclusión de la actual trilogía, tras el Episodio III, ya la imagen de Darth Vader, jamás volverá a ser la misma. Ahora el sentimiento al verle en los episodios IV, V y VI con la mirada perdida, observando el panorama estelar desde su Destructor Imperial, es un sentimiento de mezcla de infinita tristeza y compasión. Ya sabemos en quién piensa... Ya sabemos quién es...



George Lucas ha resuelto nuestras dudas. Ahora sabemos qué llevó al joven bondadoso y cariñoso Anakin a pasar al Lado Oscuro. En un giro argumental que convierte Star Wars en la tragedia humana probablemente con más influencia en la cultura cinematográfica de nuestra época, no es otra cosa que el amor lo que yace en el nacimiento de Darth Vader. No es el egoismo ni la avaricia. No es el ansia de poder ni el orgullo. Ni siquiera la envidia o la arrogancia. Los sentimientos de Anakin por la mujer a la que ama acabarán enviándole en una búsqueda de poder para garantizar en el futuro la seguridad de su familia que le harán renunciar a todos aquellos ideales en los que hasta ahora ha basado su vida.

Mientras Mace Windu acude a acabar con el Emperador, la que sin duda se convertirá en una de las escenas más emotivas y significativas de toda la Saga tiene lugar: Anakin, esperando en el Templo Jedi, debe tomar una decisión que jamás podrá revertir. Mientras Amidala se levanta y a kilómetros de distancia mira por su ventana, sin ver a Anakin, pero sintiéndole, el joven Skywalker toma su determinación y llora.



Llora porque sabe que Padme no lo va a entender. Padme no puede ver el futuro como él. No entiende que Anakin necesita incrementar su poder para garantizar su seguridad. No entiende ni entenderá nunca que el chico que le enamoró debe desaparecer para convertirse en algo más que un Jedi, en alguien lo suficientemente poderoso como para protegerla. Padme no entiende que Anakin es incapaz de mantener el equilibrio imposible entre ser el chico bueno que era y el Jedi poderoso que debe ser para poder salvarla. No entiende que es ella misma quien indirectamente le obliga a cambiar. Que Anakin ya no puede abrazarla como lo hacía en Naboo porque la responsabilidad le atenaza. Y el joven Skywalker llora y sufre sin medida. Sin Padme, su vida, todo lo que ha hecho, todas las batallas que ha librado, las que ha ganado y las que ha perdido, todas sus cicatrices, todo lo que ha intentado mejorar desde que sus pies dejaron el arenoso suelo de Tatooine, dejaría de tener sentido...



Consumado su paso al Lado Oscuro llora porque la soledad se cierne sobre él como una maldición. "Como una capa oscura". Ya no es el momento de entregarse a los demás como héroe y Caballero Jedi. Para Anakin se acabó pensar siempre en hacer lo correcto, en seguir el Código Jedi. La idea de ser padre cambia todo su esquema de valores y decide embarcarse en una cruzada para adquirir poder. Para garantizar que nada malo le va a ocurrir a Padme y a su futura familia. Que nada se va a interponer entre ellos. Y Anakin llora... Llora porque sabe que la distancia física que le separa de Padme acabará convirtiéndose en distancia emocional, pero no tiene otra opción. El niño bondadoso de "La Amenaza Fantasma", el Padawan cariñoso de "El Ataque de los Clones", debe desaparecer para dar paso a alguien más poderoso. Aunque Padme no lo entenderá jamás, Anakin hace lo único que puede para intentar salvarla. Por encontrar la manera de salvaguardar su futura familia. Lo hace todo por ella...



Y la ira que nace en su interior en el momento en que se siente abandonado y traicionado por Padme, consumará su paso al Lado Oscuro, desencadenando un infierno que cambiará el sino de la galaxia para siempre...

Durante toda la Saga, la voz de Darth Vader nos ha provocado escalofríos a todos. Sin embargo, es justo al final del Episodio III, nada más caer la máscara de su nuevo ser sobre su rostro lleno de cicatrices, cuando Vader pronuncia las palabras más aterradoras de toda su existencia. Acaba de atravesar literalmente el infierno, y ha sobrevivido. Su cuerpo y su alma están llenos de cicatrices causados por las llamas del averno, y sabe que jamás volverá a ser el hombre que fue. A pesar de ello, nunca ha sido tan poderoso como lo es ahora. Su nuevo Maestro está a su lado. El poder y la dominación son ahora las únicas cosas que le darán sentido a su nueva vida. Es un traidor a la orden de los Jedi y a todo lo que representa el Lado Luminoso de la Fuerza. A partir de ese momento, la galaxia conocerá su poder y muchos lamentarán haber despreciado y no haber valorado como merecía al joven Anakin. Y sin embargo, sus primeras palabras tras la máscara, terribles en su simplicidad e inmensamente dolorosas en su fondo, son preguntar por Padme. No son quejas por el infierno que ha vivido o por la inmensa agonía padecida. Ni maldiciones a los Jedi. No son palabras de odio hacia Obi Wan. Ni siquiera de dolor porque Padme le traicionara y le abandonara justo cuando Anakin estaba luchando por adquirir el poder para salvarla, o por ni siquiera haberle escuchado cuando intentaba explicárselo. No, no son palabras de egoísmo o dolor...



Sus aterradoras palabras son "¿Dónde está Padme?, ¿está a salvo?, ¿se encuentra bien?...". Darth Vader, el oscuro Señor de los Sith, el que utilizará sus increíbles habilidades para someter la galaxia a sus designios y obtener cada vez más y más poder, no es más, tras su aparente oscuridad y fría determinación, que un hombre enamorado... Un hombre enamorado que cuando descubre que no va a poder tener lo único que ha deseado realmente en su vida, crear una familia con Padme y vivir con ella feliz y tranquilo, convertirá su amor en ira y desatará un poder como la galaxia jamás ha conocido...



Y es en ese momento, no cuando Luke le quita la máscara en "El Retorno del Jedi", cuando por primera vez somos capaces de ver lo que hay detrás de esa máscara. Por primera vez entendemos que el poder de Darth Vader no es más que amor transformado en ira. Y la galaxia conocerá el enorme poder de esa ira durante muchos años, sin saber que en fondo dicho poder nació como el amor de un pobre niño esclavo de Tatooine por una bella reina de Naboo. Ahora, el mandamiento "Un Jedi no debe conocer la ira, ni el odio... ni el amor" cobra todo su sentido. Entendemos las palabras de Yoda, cuando le dice a Anakin que la única manera de evitar el lado oscuro es superar su miedo a perder la persona que ama, dejando de amarla, algo que el joven Skywalker, obsesionado toda su vida por su pasión por Padme, no podía hacer. Ahora la voz del joven Anakin preguntándole a Padme "¿Eres un ángel?", resuena en nuestros oídos como el comienzo de una de las historias de amor más trágicas de la historia del cine. Porque en el fondo, la Saga es eso...

El debate, presente ya en los foros de Internet, y en la mente de los aficionados a la Saga seguirá vigente durante muchos años. Algunos opinan que pasar al Lado Oscuro y convertirse en un servidor de mal, no está justificado simplemente por el amor a una mujer. Otros piensan que Anakin no tenía otra opción y que tras haber llegado a Caballero Jedi debería haber completado su destino siendo nombrado Maestro en el Consejo, y recibir su premio formando una familia con Padme. Y que su viaje al infierno para garantizar la seguridad futura de su familia fue el único camino que se abrió ante él. Independientemente de nuestra opinión, la historia es la que es, no la que nos gustaría que hubiera sido. Y el círculo de la historia de Anakin se acaba de cerrar.

Ahora que el círculo está completo, ahora que La Saga está completa, descubrimos lo que yace en verdad en el fondo de la misma...

"Solamente una película". Una inmensa historia de amor de trece horas, que ha tardado 28 años en completarse...

Aunque para muchos aficionados a Star Wars, es mucho más que eso. Ya sea coleccionando figuras, o mediante los juegos de rol, o mediante los libros y novelas, o mediante videojuegos, muchos hemos volado con la imaginación en el Halcón Milenario, o nos hemos escondido de cazarrecompensas en los niveles inferiores de Coruscant. Hemos aprendido a manejar nuestra espada de luz. Y a esquivar los rayos de los cazas TIE. Hemos conducido a nuestra escuadra de clones por las junglas de Kashyyyk, y le hemos ordenado a R2 que nos salvara en situaciones difíciles.

Y por supuesto, al igual que en el fondo la Saga es una historia de amor, hemos intentado compartir con nuestros seres queridos nuestro amor por la Saga.

Primavera de 2005. Tras tantos años de espera e incertidumbre, el círculo está completo.

Al igual que La Saga se ha completado, también lo ha hecho nuestro trabajo en nuestra web. Gracias a quienes la habéis visitado y a quienes nos habéis apoyado en esta labor (gracias Churrito, gracias Giusseppe, gracias Simba). Deseamos que como visitante hayas disfrutado de esta web (con casi 2.000 archivos entre páginas e imágenes, y creada poco a poco durante siete años) dedicada a la Saga más exitosa de la historia del cine. Nuestro más sincero y eterno agradecimiento a George Lucas por haber creado una de la obras maestras más emocionantes y emotivas de nuestra cultura.

Y que La Fuerza te acompañe, siempre...