Sólo cuando las limusinas enviadas por cadenas de televisión para llevarla a programas promocionales de "La Amenaza Fantasma" comenzaron a detenerse enfrente de la casa de Natalie, sus vecinos cayeron en la cuenta de que aquella niña sencilla y tímida era en realidad una estrella de cine. "Es simpático conocer a alguien antes de que sea famoso", afirma un vecino que desea permanecer anónimo. "Es increible verla en la gran pantalla. Todavía pienso en ella como la niña pequeña a la que veía hacer carreras en el jardín". Sin embargo, la mayoría de los días no hay limusinas esperando frente a la casa de Natalie.
Aunque pasa sus veranos actuando en películas; Natalie pasa nueve meses al año como una aplicada estudiante del Instituto Syosset, según afirman sus compañeros de clase. Esta estudiante que sabe Inglés, Francés, Hebreo y Japonés, continua siendo humilde a pesar de toda la expectación internacional que ha despertado.
El padre de Natalie, que no desea dar a conocer el apellido familiar por razones de seguridad, atribuye dicha humildad a las actividades estudiantiles que ha desempeñado su hija además de su carrera como actriz: "Natalie es una chica normal que desea seguir siendo normal", nos dice. "Es maravilloso ver como es capaz de mantener los pies en la tierra a pesar de la fama que la rodea". En una vida, ella es Natalie Porman, en otra, es Natalie con su verdadero apellido. "La mayoría de la gente del Instituto Syosset la respeta", dice Ari Stern, de 16 años, el editor del periódico del instituto. "Los estudiantes le han dado su espacio e intentan dejarla crecer como una chica más". Sin embargo, esto es dificil ya que la cara de Natalie se encuentra reproducida en las latas de Pepsi que se venden en Long Island. Librerias de su barrio tienen, como tantas otras en el resto del mundo, la portada de la novelización de la película en su escaparate, con la cara de Natalie impresa en ella. Y la tienda de helados "King Kullen" a unas manzanas de su casa, tiene una oferta del helado "Farley mega fruta light" que tiene la forma de su cabeza. Lo venden sólo por dos dólares y 29 centavos.
"Sé que sus padres intentan darle una vida normal. Respeto el hecho de que no quieran que sea Natalie Portman 24 horas al día", dice un compañero de su Instituto, de 15 años. "Pero, ¿qué esperaban que ocurriera?, no puedes hacer una película de muchos millones de dólares con ella como protagonista y que todo siga igual... además, estamos hablando de la saga de La Guerra de las Galaxias."